viernes, 27 de febrero de 2009

No importa lo que suceda sino cómo lo afrontamos

Es interesante el papel de sufridos que nos gusta representar. Si caemos ante un problema lo más lógico sería levantarnos y seguir adelante. Pero lo que sucede muchas veces es que disfrutamos reabriendo la herida y gozarnos con el dolor que nos produce. No contentos con eso, buscamos producir lástima en quienes nos rodean para que los demás “sufran con nosotros”; menuda pérdida de tiempo.

Si fallamos ante cualquier situación en la vida: muy sencillo, identificamos el error, aprendemos del dolor y procuramos no cometer ese mismo error la próxima vez. Sin embargo lo que vemos con frecuencia y, tristemente, lo que hacemos es empecinarnos en reavivar la pena como si ello nos conviniera de verdad.

La vida es tan corta que perder sus contados minutos en quejarse, en maldecir, en criticar o abrigar resentimientos contra los demás es una estúpida pérdida de tiempo. Nada ganamos empecinándonos en sufrir por dolores pasados. Llorando, nadie revive a su muerto.

Que perdamos el tiempo “llorando por leche derramada es una cosa”. Hay que ver, hoy en día, el gran negocio en que hacer sufrir una y otra vez se ha convertido. De todos los dolores en la vida los más complicados son los del corazón, que por estos tiempos la bendita cumbia viene explotando. Da risa. Hay para “todos los corazones”:

1.- Para los resentidos: “Ojalá que te mueras”…de los hermanos Yaipen

“Ojala que te mueras
Que todo tu mundo se quede vacío
Ojala que cada gota de llanto
Te queme hasta el alma
Ojala que no encuentres la calma
Ojala que te mueras…”

2.- Para los que han sufrido: “Ya me alejé del amor”…del grupo cinco

“Si solo he de quedar solo me quedare
del amor y sus amores ya los viví ya los probé
del balance final a la conclusión llegue
de todos mis amores poco reí mucho llore”

…Sólo por poner un pequeño ejemplo aunque las evidencias son más. Cholo lindo y sufrido, papá, si tienes una pena, sea cual sea su causa, olvídate de tu pasado, varommmm, nada logras gastándote con llantos. Y aquí me pongo literato: Gabriel garcía Márquez dijo alguna vez “Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.” De verdad me llama la atención que quien tenga una pena no luche por liberarse de ella sino más bien se empeñe en hacer la más dolorosa y de ser posible hacer que la gente sufra con uno.

De cien personas a las que recurran estas "víctimas" con sus problemas sólo uno lo compadecerá los demás lo van a repudiar porque su actitud perdedora, suplicante y necesitada no es nada bonita para compartir. Quienes se tracen metas grandes en la vida saben que el tiempo es valioso y no se puede perder en lamentaciones, pesares y demás taras. El dolor es innegable. Pedirle a cualquiera que no sufra es irracional. No somos de palo ni de piedra, pero lo que sí es reprochable es abandonarse y adoptar el papel de víctima con quien la vida ha sido injusta. Si hemos caído en la vida es a causa de un error. La clave, entonces, es no volver a cometerlo en el futuro.

¡Plañideros, fuera de este suelo; nuestro país necesita guerreros que no teman sobreponerse a las batallas!