sábado, 15 de marzo de 2008

Mi propuesta para mejorar la situacion del Perú

No quiero profundizar en mi primer artículo así que para comenzar les expondré para comenzar mi propuesta para cambiar la situación del país. Espero sus respuestas u opiniones. Ojo, lo que propongo no necesariamente debe ser entendido como la verdad absoluta. No, todo lo contrario, con gusto leeré sus sugerencias y les haré llegar mi apreciación u opinión sobre las mismas.

Sé que la mayoría piensa que la solución para sacar adelante al país radica en un cambio en la educación. Apoyo esa propuesta, sin embargo debemos tener presente que ninguna reforma en la educación prosperará si no cuenta con las condiciones adecuadas. Propongo, entonces, que para desterrar al subdesarrollo debemos, primero, promover reformas políticas y económicas.

1.- Con respecto a las reformas en el plano político:

Nuestros excesivos e innecesarios funcionarios públicos constituyen una traba para el desarrollo equitativo. Ellos sí reciben elevados emolumentos que proceden de los inclementes tributos que la población aporta, pero se descuida el puntual reconocimiento de salarios de los padres de familia. Por otro lado, nuestros padres de la patria perciben beneficios como la “escolaridad” cuando sus retoños ya terminaron de pasar por las aulas; y exorbitantes “gratificaciones”, además de su jugoso salario.

Nuestros políticos (presidente, ministros, congresistas, asesores, etc.) deberían demostrar de una vez ser merecedores de tales pagos, si lo son. Hasta hoy su eficiencia se ve reflejada en la situación en la estamos inmersos ahora mismo. Sin embargo ellos siguen medrando con nuestros aportes (impuestos). Todo ese derroche podría ser empleado en el pago puntual de sueldos, o en el financiamiento y asesoría de los pequeños empresarios, o en amparo de nuestros jubilados, o incluso en un aumento de sueldos, etc. Pensemos ¿hay poco dinero como se nos quiere hacer creer o es que se reparte indebidamente entre los peruanos?

2.- Con respecto a las reformas económicas:

El gobierno apuesta por la agroexportación como medida para alcanzar el desarrollo. Contamos con uno de los mares más ricos del mundo (el segundo, después de China) pero nuestro pescado no va la mesa de las familias peruanas sino que se exporta a Asia y Europa. Lo mismo sucede con productos vegetales como la alcachofa o el espárrago (solo por citar unos ejemplos), que no son conocidos por la mayoría de los peruanos pero que aportarían gran cantidad de nutrientes a los estudiantes, y a los mismos padres, de ser incluidos en la dieta diaria.

Por otro lado, hoy en día el turismo está considerado como otra actividad indispensable para elevar los ingresos nacionales. Se ha difundido entre la población la campaña de tratar bien al turista; se enfatiza en no promover huelgas para evitar ser considerados “país bárbaro”; se hace hincapié en dar una imagen positiva del Perú: el gobierno quiere quedar bien con los turistas, pero se olvida de sus obligaciones para con la población. ¿Cómo no van a reclamar si se desatienden las necesidades de tantos padres de familia? ¿No habría que asegurar primero el bienestar nacional a fin de que a esa población satisfecha (con trabajo estable, salarios puntuales y seguro social eficiente) recién se le pueda pedir pensar en los demás? ¡En el caso peruano se nos exige pensar en el otro cuando se nos desatiende!

Conclusiones:

Hasta aquí reflexionemos sobre los puntos tratados. ¿De que serviría hacer una reforma en la educación si los padres de familia no cuentan con un sueldo apropiado para hacer frente a los nuevos requerimientos (por ejemplo compra de más útiles, pago de excursiones, etc.)? Actualmente hay muchos padres que no ganan lo suficiente para hacer frente a una reforma vanguardista, mientras hay otros cuyos salarios les resta un gran margen de ahorro.

Incluso los maestros: su irrisorio sueldo no les permite siquiera pensar en actualizarse, aparte de tener que enfrentar sus problemas familiares. No sería sorprendente que un maestro no rinda en los exámenes que propone el gobierno, si no cuenta con ingresos suficientes para afrontar sus problemas familiares, como se espera que se halle en sus cabales para dirigir un salón, o aún peor investigar para colocarse a la altura de los requerimientos actuales: ¿De qué valdría promover una reforma si lo profesores no se encuentran a la altura de las expectativas?

O ¿Qué tal? Quizá se puede decretar el aumento de horas académicas: muy bien, pero si los alumnos no están lo suficientemente alimentados, se dormirían en clases. Uno, los padres no están bien informados sobre el asunto de la alimentación de los estudiantes; dos, la plata no alcanza para llenar la olla, y es una situación que la vive la gran mayoría de estudiantes. Lo cierto es que nuestra economía puede atravesar por etapas de bonanza, pero si no “chorrea” a la población cuando ello sucede, no importa cuantas reformas se hagan, si no se asegura el bienestar de la población primero, ninguna de ellas funcionará.

Quiero decir antes de terminar que hay puntos sueltos, o asuntos que preferí no abordar por falta de conocimientos. Ya los retomaré más adelante. Saludos a todos, fue un gusto dirigirme a ustedes, y estoy esperando sus opiniones. Un abrazo entonces.