miércoles, 10 de diciembre de 2008

¿Qué aprendí hoy?

Antes de compartir con ustedes mi artículo de hoy quiero advertirles que como voy a escribir más seguido, acerca de lo que sea, a fin de ejercitar mi pluma, quizá mis escritos no resulten tan elaborados; es más habrán momentos en que escribiré por el mero hecho de escribir, como un simple desahogo contra la inactividad. Bueno ahora sí… acerca de lo aprendí hoy.

Hace semanas que se viene posponiendo mi exposición final de mercadotecnia avanzada, que, sea de paso, tiene la validez de prácticas escritas, examen parcial y examen final... Algo que no es usual en mí, me preocupé por hacer una buena presentación… cómo no, si se trataba de la única nota con que podría salvar el curso.

Sin embargo, al término de tantos aplazamientos, cuando me llegó la hora de hablar, el profesor no prestó atención a quienes estaban en su delante. Mis palabras y sacrificio, asimismo, pasaron inadvertidas por mis compañeros de clase. ¡Tanta dedicación para nada! Casi al término de la ponencia, el profesor atinó a hojear mi trabajo, y con la misma indiferencia de quien está perdiendo el tiempo, cerró el folder y lo entregó a la delegada. Fin.

A media mañana acudí a una entrevista de trabajo. El impase con el malcriado del profesor lo pasé por alto. No iba a amargarme la mañana con una simpleza como aquella, así que rapidito nomás salí para mi cita.

En el anuncio del periódico se ofrecía por aquel trabajo una suma nada despreciable, que en épocas de fiesta cae a uno a pelo… pero los requerimientos de los horarios junto con el recuerdo de que tengo que llevar cursos en verano echaron por tierra mis ilusiones. Los horarios se iban a cruzar. O sea que tenía que escoger entre ganar plata en el verano o adelantarme en mis estudios. Gran disyuntiva ¿no les parece? Particularmente no tendría ningún problema en llevar dedicarme a ganar dinero en verano, pero salta al frente mi desesperación de deshacerme ya de la carrera, pero si no tengo plata voy a quedarme enclaustrado en mi casa y depender de las propinas de mis padres, que con los problemas que atravesamos y a causa de mi edad se han venido reduciendo considerablemente. ¡Gran problema!... ¡Soy un mantenido!... ¡El tiempo pasa y sigo sin ocuparme en alguna chamba!... una opción sería ejercer mi carrera, pero resultó no ser mi vocación… no la veo como una opción para sostenerme...

Ante estas circunstancias lo mejor es no preocuparse… ¡en serio!... ¡no importa cuán grande sea un problema… siempre tiene solución!... y es en momentos críticos cuando las personas sacamos lo mejor de nosotros.

¿Qué aprendí hoy? A guardar la calma ante cualquier resultado que la vida nos presente. No importa cuanto nos sacrifiquemos. Si bien no tenemos asegurado el éxito al primer intento, sí nos quedará la satisfacción de haber dado lo mejor de nosotros, y tendremos la conciencia tranquila, aunque la gente termine no valorando nuestro esfuerzo.

2 comentarios:

koco dijo...

uhy!
tu escrito me llego de lleno
paso por un momento dificilisimo en la U y en vdd ya no tengo fuerzas ni de flaqueza pa poder seguir luxando
pero en este escrito encontre ese "animo" q necesitaba y q nadie habia logrado darme
me esforzare al maximo en lo que me queda de semestre
pa poder quedarme trankila q di todo lo de mi y que si no funciono bueno era por que el destino era asi y no por que yo no me esforze en cumplir algo
ojala sigas escribiendo
cuidate
saludines
aios


p.d.: yo creo q por el momento deberias buscar pega... si bien te consideras un mantenido, para evitar esa imagen de ti mismo, buscate una chamba para poder ganar dinero y experiencia trabajando en lo que sea
cuidate bye
kises

Esteban Ramon dijo...

No esperaba menos de ti Chini. Siempre andas contento en la vida porque justamente aprendes de jodidas mezquindades de la vida, como el hecho de que las cosas no salgan como quisieramos que sucedan. Ese ánimo en la adversidad es exactamente lo que uno necesita; cuando las cosas suceden mal y todo se vuelva desesperante no hay mejor remedio que aprender a no hacer las cosas como la hicimos. Los mejores deseos, Wilmer.