lunes, 11 de mayo de 2009

Cómo conseguir confianza; cómo funciona la confianza

La confianza; hay muchas líneas que se han escrito acerca de este valor. Ha habido muchos pensadores, incontables escritores y diversos editores que han explicado a lo largo de la historia de la humanidad en qué consiste y cómo funciona esta manera de ver el mundo.

Yo por mi parte no la voy a definir, porque de eso ya se han encargado muchos antes que yo. Pero lo que sí voy a hacer es ahondar en cómo trabaja este valor.

Para cualquiera que se inicie en alguna actividad, digamos practicar artes marciales, jugar fútbol, jugar billar, aprender a tocar guitarra, manejar bicicleta, en fin; éste DEBE creer que lo va a conseguir. Y he aquí la primera traba. Alguien que comienza en la vida y que, por lo tanto, no ha conseguido grandes logros se amilana ante la legión monstruosa de dificultades que se le presentan en el camino.

Sus preceptores o profesores le indican el camino, le enseñan las medidas y los pasos para que consiga lo que anhela pero, dada su poca experiencia en la vida, sus miedos, la pereza, la impaciencia y el compararse con los demás hacen que vaya perdiendo la esperanza. De pronto siente que lo que hace no tiene sentido porque no ve resultados inmediatos.

Al respecto, amigo, yo te explico esto: tanto nuestra mente como nuestro organismo en general necesita tiempo para adaptarse a las nuevas experiencias, a la nueva información, a los nuevos hábitos para que los resultaos esperados comiencen a manifestarse. No pierdas la calma por lo tanto. Aparentemente nada sucede, ningún cambio se realiza. Eso es en el exterior. Si tuviéramos la oportunidad de ver nuestro interior notaríamos que, lentamente, se van produciendo cambios. Lentamente, recuérdalo bien. Por supuesto, mientras más tiempo le dediques a esa actividad que quieres dominar, más chances tendrás de dominarla en el menor tiempo posible.

Es como un ahorro en el banco. Depositas un monto a tu cuenta y al cabo de un tiempo obtienes intereses, pero hubieras conseguido más ganancias si, por ejemplo, hubieses depositado dos veces más; o imagina si hubieras depositado cinco veces más; ¿y qué tal diez veces más? ¿Lo ves? A mayor dedicación, mejores resultados.

La confianza va de la mano con el optimismo y la paciencia.

El optimismo es una manera de ver la vida. Un optimista confía que cualquier experiencia, sea agradable o no, puede redundar en beneficio de quien esté dispuesto a aprender de estas experiencias. Un optimista recoge lo positivo de la vida y no abandona su camino hacia el éxito.

El paciente por su parte se toma su tiempo para aprender con calma. No apura el proceso de aprendizaje. No se critica por no progresar tan rápido como quisiera porque sabe que es un ser único y como tal merece un tiempo para avanzar según sus propias posibilidades. Una persona paciente reconoce que si apura la realización de su obra esta corre el riesgo de salir inconclusa o no tan bien detallada como debe ser.

Dos trabas que podrían hacer perder la esperanza a cualquiera son la impaciencia y el pesimismo. Lo mejor que recomiendo es tomar las cosas con calma y confiar CIEGAMENTE en que tanto esfuerzo jamás va a caer en el vacío; que todo sacrificio no puede tener otro final más que la realización de ese sueño.

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