domingo, 10 de mayo de 2009

Más vale casarse que estár quemándose por dentro, Padre Alberto Cutié

En los últimos días un suceso de carácter controversial ha puesto en debate a muchos en el mundo: el caso del Padre Alberto Cutié.

Mucho se dice por ahí acerca del tema. Algunos propones que la Iglesia sea flexible, que se “modernice” y que permita a los sacerdotes casarse. Como si la idea del celibato fuera una ocurrencia de los sacerdotes. Si bien es cierto el celibato no estuvo estipulado desde siempre dentro de la doctrina de la Iglesia, si lo estuvo desde siempre en la Biblia.

En el libro de los Números, en el capítulo 6, habla de un voto especial que hacen los Nazireos, es decir judíos que desean servir de manera exclusiva a Dios. No pueden beber alcohol no se cortan el cabello y no se unen con nadie en matrimonio, mientras dure su voto de nazireato. Este voto lo hacen Sansón (Jueces 13, 5), Juan el Bautista (Lucas 1, 15), El Señor Jesucristo (Mateo 2, 23) y Pablo apóstol (Hechos 18, 18).

Este voto de servicio exclusivo a Dios es voluntario. Realmente la continencia es opcional, y no obligatoria, como podría pensarse. El apóstol Pablo mismo lo deja muy claro en su epístola a los Corintios. El, como emisario de Dios es consciente de la impaciencia que el sexo puede traer consigo: Pero no ignoren las exigencias del sexo; por eso, que cada hombre tenga su esposa y cada mujer su marido (Corintios 7, 2).

Está claro que nadie comete ninguna falta si se casa. Si no puede dominar sus urgencias del sexo, pues que se una en matrimonio. Pablo asegura que lo recomendable sería quedar al servicio exclusivo de Dios. Porque lo sabemos todos, un matrimonio trae consigo preocupaciones del mundo, problemas y malos entendidos que son naturales dentro de las relaciones de toda pareja: Si te casas no cometes pecado, y tampoco comete la joven que se casa. Pero la condición humana les traerá conflictos que yo no quisiera para ustedes (Corintios 7, 28), porque ¿Qué pareja no tiene problemas? Y con ello no quiero decir que dejen de amarse.

El Señor Jesucristo mismo se manifestó al respecto sobre aquellos que habían optado por la abstinencia sexual por causa del Reino de Dios. En un pasaje se ilustra ello. Los discípulos le dijeron: “Si esa es la condición del hombre que tiene mujer, es mejor no casarse.” Jesús les contestó “No todos pueden captar lo que acaban de decir, sino aquellos que han recibido ese don. Hay hombres que han nacidos incapacitados parta el sexo. Hay otros incapacitados, que fueron mutilados por los hombres. Hay otros todavía, que se hicieron tales por el Reino de los Cielos. ¡Entienda el que pueda!” (Mateo 19, 10-12).

El padre Alberto Cutié, en mi opinión ha asumido una actitud tonta; si se ha visto descubierto lo mejor que podía hacer era reconocer su error, y su falta al voto que había aceptado. Si no estaba desacuerdo con ello, ¿porqué lo asumió entonces? Sólo que ahora él quiere imponer un criterio suyo. Pretende que la Iglesia modifique su doctrina para favorecer a un grupo de religiosos confundidos que quieren llevar una doble vida, servir a Dios con la sotana pero manteniendo una mujer en la cama. Nadie lo hubiera criticado por abandonar el sacerdocio e iniciar una vida matrimonial; lo incorrecto en su caso fue que violara un voto que voluntariamente aceptó, y que ahora pretenda que el mundo piense como él.

Pero si las cosas están claras, él mismo lo declaró: peleó por contener sus impulsos, pero si no pudo mantenerse en ese estado lo más apropiado era renunciar al sacerdocio y casarse. Dios lo asegura: no hay malo en unirse a una mujer. Pero si no logran contenerse, que se casen, pues más vale casarse que estar quemándose por dentro. (Corintios 7, 9)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, tengo una pregunta, resulta que me aguanto mis deseos sexuales, no me masturbo mi miro porno pero por las noches tengo emisiones nocturnas, según he leído una manera para evitar es masturbarse, pero dicen que es pecado, que hago?