lunes, 29 de junio de 2009

Un secreto para ser feliz

Soñar con lograr nuestras metas; hacer lo necesario porque así sean, y luego comenzar a cosechar los primeros frutos de nuestro esfuerzo es para cualquiera motivo de satisfacción y orgullo.

El corazón se enardece cuando comprueba que los sacrificios, el agotamiento, el dolor, en fin las privaciones de ayer toman sentido hoy. Es bello saber que estamos en camino de realizar aquello para lo que nos hemos sentido llamados. Uno de los secretos para vivir feliz consiste en hacer lo que nos gusta, pero hacerlo bien.

Aquel que gasta su existir sin empeñarse en conocerse a sí mismo ni conocer sus potencialidades no será para la memoria del mundo más que un parásito: insignificante y perjudicial.

Todos, absolutamente todos, tenemos la responsabilidad de prepararnos lo mejor que podemos en la escuela de la vida. Sobre nuestros avances, sobre nuestros logros, sobre nuestras experiencias, las generaciones que nos siguen van a ponerse de pie. Es la ley del progreso. Los hombres que llegarán a relevarnos mañana esperan recibir un mundo mejor al que recibimos; ellos a su vez entregarán a quienes los sucedan un lugar mejor donde recibirlos.

Cada quien tiene el deber de conocerse a sí mismo para saber de nuestras potencialidades y explotarlas, y para prevenirnos de nuestros defectos, y erradicarlos.

Tenemos tanto por lo que trabajar y tan escaso es el tiempo del que disponemos que desperdiciarlo en preocupaciones o vicios es una soberana tontería.

Hemos sido llamados a esta vida para ponerla a disposición de los demás, viviendo nuestros sueños, disfrutando de nuestras aficiones y desarrollando tal potencial en lo que hacemos que la pasión por nuestro trabajo y los progresos que éste traiga infundan en los demás los mismos motivos para vivir esta vida de la misma manera que nos inspiraron antes a nosotros.

Sólo así, poniendo gusto en el empeño, disfrutando de nuestro trabajo es que este mundo se puede poblar de maestros aventureros y emprendedores realizados.

Rindo unas palmas a todos los que empeñan el corazón en la tarea para la que se sienten elegidos.

No hay comentarios: